domingo, 29 de noviembre de 2009

Géneros literarios


Carmen Fernández Galán



El principal dilema en la polémica sobre los géneros radica en la tensión entre norma y creación, entre lo que el género exige y lo que el ingenio hace posible, entre esta distensión y compresión es probable incluso la desaparición de la norma o la ampliación de las posibilidades del género. A esta tensión contribuye la complejidad del discurso literario que si bien siempre se basa en modelos también los transforma.

Dentro de la historia de los géneros se verifica una falta de unidad en los modos de definir el término: mientras unos se basan la categoría de tiempo de la narración, otros recurren al criterio de ficcionalidad - no ficcionalidad, a la estructura interna, o a la intención del autor. Esta disparidad en los criterios de clasificación obedece a varios motivos: que la literatura es una configuración histórica por lo que resulta difícil llegar a un lenguaje científico, la diversidad de escuelas que genera incongruencias entre los conceptos científicos literarios internacionales, y por supuesto la diversidad de tipos textuales que dificulta la tarea de sistematización. Esto último se ha intentado resolver recurriendo al esquema triádico de los géneros (narrativa, drama, lírica) considerando a los demás como variantes o subgéneros, lo que no ha sido una solución exitosa.

En el siglo XX la investigación de los géneros avanzó con las aportaciones del formalismo ruso, la teoría de la recepción y la literatura comparada. Los formalistas rusos insistieron en el carácter procesal de los géneros, a los que conciben como un sistema de referencias que evoluciona y se modifica permanentemente. El género está determinado por la estructura de la obra (aspecto verbal, sintáctico y semántico), según Todorov, que introduce la distinción entre géneros históricos y géneros teóricos, de acuerdo a como han sido tradicionalmente definidos. Por otro lado, está la investigación estético receptiva de Weinrich y Jauss, que plantean la noción de “horizonte de expectativa” basada en la recepción de la obra: los géneros serían las concreciones de la fundación de horizonte y/o transformación del mismo. En la literatura comparada la discusión de los géneros es esencialmente discusión de los métodos, algunas investigaciones (según las diversas escuelas: norteamericana, francesa o alemana) se orientan a lo histórico literario, otras a la tematología y/o a la investigación histórica y tipológica, y al componente literario-sociológico. El objetivo de la literatura comparada es lograr crear un concepto universal de género.

Otras propuestas para el estudio del género son: la sociología de los géneros, que busca las relaciones entre el surgimiento de los mismos y las estructuras sociales; y la de Bajtín, que introduce la idea de los géneros discursivos, ampliando su significado fuera del terreno exclusivamente literario, para señalar que siempre hay ciertas estructuras que modelan el habla. Como señala Michal Glowinski, desde esta perspectiva, junto a la lingüística del texto o teoría del discurso, “la teoría de los géneros se convierte entonces en una teoría del discurso literario (...) los géneros son los arquetipos del discurso literario, fijados por la tradición, más o menos codificados, dotados de características claras e identificables”.[1] La conciencia genérica (tanto del autor como del receptor de la obra), las convenciones literarias y las relaciones entre géneros, constituyen elementos claves en su funcionamiento histórico. Primeramente, existen “directivas que norman algunas prácticas relativas a la construcción del texto literario y a su recepción”,[2] y aunque a veces no se tenga conciencia de estas directivas (que sólo posteriormente son definidas), son las que trazan la frontera entre lo necesario y lo posible dentro de un género: cuando la obra literaria sobrepasa el límite de lo necesario para ampliar el de lo posible, las fronteras se borran, y comienza la confusión de géneros, o simplemente se da pauta a uno nuevo. Los géneros se interrelacionan entre sí y forman subsistemas, y es ahí donde se observa su historicidad.

La noción de literatura está definida a partir de estas convenciones denominadas “géneros”, ya que la recepción de un texto como verdad o como ficción depende no sólo de las formas, sino del universo de creencias que desplaza continuamente las fronteras de lo ficcional.

NOTAS

[1] GLOWINSKI, Michael, “Los géneros literarios” en: ANGENOT, Marc, BESSÈRE, Jean, et al., Teoría literaria, S. XXI, México, 1993, p. 96.
[2]
Op. cit., p. 99.


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